Limpiamos los mejillones y los colocamos en una cazuela con un vaso de agua y los cocemos. Esperamos a que se abran y los retiramos del fuego. Los dejamos templar y cuando podamos manipularlo correctamente sacamos la carne y la reservamos. Es importante que conservemos el agua de la cocción, para que las croquetas queden más sabrosas...
Limpiamos los mejillones y los colocamos en una cazuela con un vaso de agua y los cocemos. Esperamos a que se abran y los retiramos del fuego. Los dejamos templar y cuando podamos manipularlo correctamente sacamos la carne y la reservamos. Es importante que conservemos el agua de la cocción, para que las croquetas queden más sabrosas.
Cortamos los mejillones en pedazos pequeños y picamos la cebolla muy fina. Añadimos la cebolla en una sartén junto con la mantequilla y la doramos.
Cuando veamos que la cebolla está transparente, añadimos los mejillones picados y mezclamos bien los ingredientes.
Incorporamos la harina y seguimos removiendo durante un par de minutos, lo necesario para que la harina no nos quede tan cruda.
Poco a poco vamos incorporando el agua de los mejillones que hemos reservado al principio, y posteriormente añadimos la leche sin parar de remover para formar la bechamel.
Una vez la masa empiece a despegarse de la sartén, ya podemos retirarla y dejar que se enfríe para poder formar correctamente las croquetas.
Le damos forma a las croquetas y las remojamos en el huevo batido para rebozarlas posteriormente en el pan rallado. Calentamos aceite en una sartén, las freímos y...¡listas para comer!