Nísperos

En marzo y abril empieza a madurar en los árboles y posteriormente pinta de naranja los fruteros de los consumidores más avispados. Con esta fruta, avanzadilla de la primavera, empieza la puesta a punto para el verano. No en vano, ha llegado a ser conocida como la ‘fruta de la belleza’. Lo cierto es que su característico color anaranjado se explica por su contenido en betacarotenos, unas sustancias bioactivas que, una vez ingeridas, se convierten en vitamina A. Esta última contribuye a la protección y el cuidado de la piel, las uñas y el cabello.

Tienen un alto poder diurético

gracias a la elevada concentración de potasio y magnesio

El níspero va sobrado de razones para que le hagamos un hueco en nuestra despensa. Así, es rico en potasio y en algunas vitaminas del complejo B como el ácido fólico, la vitamina B6 y la niacina. Los minerales tampoco escasean, en especial el hierro, el calcio, el fósforo y el manganeso. Y también anda servido de vitamina C. Lejos de acabar ahí el discurso nutricional, este prosigue al ser bajo en colesterol y calorías, además de contener las cotizadas grasas monoinsaturadas como el omega 3 y omega 6, o al menos algunas variedades de esta fruta.

Nos protegen frente a patógenos

debido a su gran aportación de vitamina C

Eso sí, tan fantásticas virtudes exigen que estemos atentos al calendario, pues su temporada se caracteriza por la brevedad. Por lo tanto, en el caso de ser unos grandes apasionados del níspero debéis ser raudos, ya que los primeros frutos desembarcan en los mercados a partir de abril, pero en mayo ya empiezan a escasear.

Y además pueden ayudar a bajar peso

¿Los añadirás en tu próxima compra?