Mejillones
Los mejillones son un clásico de la familia de los moluscos. Son tan fáciles de preparar y están tan buenos que siempre vuelan de nuestras pescaderías. Este animal es uno de los más curiosos del ecosistema marino, ¿sabías que los mejillones tienen género? si abrimos un mejillón y vemos que su carne es de color amarilla, será macho, mientras que si la carne es más anaranjada, será hembra. ¿Curioso verdad? Además, nos hemos enterado de que pueden llegar a vivir hasta 70 años. ¡Quien lo diría! Sigue leyendo, que te contamos más detalles acerca de este molusco tan particular.
Refuerzan las defensas
debido a la concentración de vitamina A
La vitamina A se encuentra en una gran variedad de alimentos: cereales, carnes vacunas y de ave, hortalizas de hoja verde, productos lácteos y, como no, también en el mejillón. Este componente ayuda al desarrollo de los huesos, tejidos blandos, la piel y las mucosas. En estas últimas, por ejemplo, la vitamina A ejerce un papel fundamental garantizando su integridad, por lo que al estar implicadas en el sistema defensivo, las mucosas evitan la entrada de agentes patógenos con más efectividad.
Mejoran el estado emocional
gracias al aporte de vitamina B12
Existen estudios psicológicos que han encontrado una clara relación entre el estado emocional de una persona y la cantidad de vitamina B12 presente en su cuerpo. Este componente, además de tener un papel fundamental en muchísimas otras funciones corporales, es el principal encargado de la correcta producción de substancias químicas del cerebro que influyen en los estados de ánimo.
Refuerzan la oxigenación sanguínea
por la gran cantidad de hierro
Los mejillones presumen de ser uno de los alimentos con más aporte de hierro. De hecho, en cada 100 gramos de mejillones podemos ingerir aproximadamente 4,5 mg de hierro. Para ponerlo en contexto, en la mayor parte de pescados y carnes el aporte promedio por cada 100 gramos suele rondar los 2mg, ¡fíjate qué diferencia! El hierro es fundamental para fabricar hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que se encarga de transportar el oxígeno de los pulmones a las distintas partes del cuerpo, así que debemos asegurarnos siempre de que nuestra dieta cuenta con un aporte de hierro óptimo para nuestra salud.
Receta sugerida
¿Eres un/a auténtico/a fan de los mejillones y te gustaría sacarles más partido? Hoy te traemos la receta perfecta para que tus comensales se queden boquiabiertos cuando lo prueben: croquetas de mejillones. ¡Apunta!
Limpiamos los mejillones y los colocamos en una cazuela con un vaso de agua y los cocemos. Esperamos a que se abran y los retiramos del fuego. Los dejamos templar y cuando podamos manipularlo correctamente sacamos la carne y la reservamos. Es importante que conservemos el agua de la cocción, para que las croquetas queden más sabrosas...
Ingredientes
Elaboración
Limpiamos los mejillones y los colocamos en una cazuela con un vaso de agua y los cocemos. Esperamos a que se abran y los retiramos del fuego. Los dejamos templar y cuando podamos manipularlo correctamente sacamos la carne y la reservamos. Es importante que conservemos el agua de la cocción, para que las croquetas queden más sabrosas.
Cortamos los mejillones en pedazos pequeños y picamos la cebolla muy fina. Añadimos la cebolla en una sartén junto con la mantequilla y la doramos.
Cuando veamos que la cebolla está transparente, añadimos los mejillones picados y mezclamos bien los ingredientes.
Incorporamos la harina y seguimos removiendo durante un par de minutos, lo necesario para que la harina no nos quede tan cruda.
Poco a poco vamos incorporando el agua de los mejillones que hemos reservado al principio, y posteriormente añadimos la leche sin parar de remover para formar la bechamel.
Una vez la masa empiece a despegarse de la sartén, ya podemos retirarla y dejar que se enfríe para poder formar correctamente las croquetas.
Le damos forma a las croquetas y las remojamos en el huevo batido para rebozarlas posteriormente en el pan rallado. Calentamos aceite en una sartén, las freímos y...¡listas para comer!
Ingredientes
Instrucciones
Limpiamos los mejillones y los colocamos en una cazuela con un vaso de agua y los cocemos. Esperamos a que se abran y los retiramos del fuego. Los dejamos templar y cuando podamos manipularlo correctamente sacamos la carne y la reservamos. Es importante que conservemos el agua de la cocción, para que las croquetas queden más sabrosas.
Cortamos los mejillones en pedazos pequeños y picamos la cebolla muy fina. Añadimos la cebolla en una sartén junto con la mantequilla y la doramos.
Cuando veamos que la cebolla está transparente, añadimos los mejillones picados y mezclamos bien los ingredientes.
Incorporamos la harina y seguimos removiendo durante un par de minutos, lo necesario para que la harina no nos quede tan cruda.
Poco a poco vamos incorporando el agua de los mejillones que hemos reservado al principio, y posteriormente añadimos la leche sin parar de remover para formar la bechamel.
Una vez la masa empiece a despegarse de la sartén, ya podemos retirarla y dejar que se enfríe para poder formar correctamente las croquetas.
Le damos forma a las croquetas y las remojamos en el huevo batido para rebozarlas posteriormente en el pan rallado. Calentamos aceite en una sartén, las freímos y...¡listas para comer!